He denominado Síndrome
de las tres Emes: Menstruación, Maternidad y Menopausia a los efectos que
genera en la mujer la responsabilidad de tener que administrar las diferentes
etapas impuestas por su naturaleza. Conversé durante algunos meses con mujeres
de diferentes edades y nacionalidades acerca de la manera como enfrentan sus dolores
físicos y el efecto que tiene en ellas el desprecio y maltrato simplemente por
ser mujer. Para chilenas, argentinas, mexicanas, centroamericanas, colombianas,
norteamericanas y españolas entre otras nacionalidades, el dolor físico causado
por menstruaciones dolorosas y partos complicados las llevaron a sufrir
limitaciones físicas que les impidió hacer una vida normal. Además, la mayoría de
ellas admitió que si hubieran sido hombres en determinadas circunstancias no habrían
sido ni abusadas, ni excluidas de trabajos o círculos en donde ser hombre vale más.
Sin embargo, más de un 50% de las
mujeres con las que conversé, no cambiarían su condición de mujer sus roles
femeninos ni si quiera por los estragos biológicos que muchas de ellas sufren.
Menstruación
Comienza con el
uso de “un pañal para toda la vida”. Toalla higiénica que por lo general viene
acompañada de cólicos, manchados inoportunos y pesadez inconfesable. Para
muchas lo más detestable es que queriendo rechazar esa situación tan desagradable
tienen que aceptarla socialmente e incluso celebrar en familia el haberse
convertido en mujercita. Con los elogios de la Menstruación: “Eres
una mujer”, las niñas por lo general quieren enviar todo al carajo. Una mujer argentina de unos cuarenta años recordó
que de niña pensaba: ¿Lindo andar empapada de sangre, aparentando estar genial,
mientras te retuerces con dolores bajos?
Otras, en realidad
muchas de las mujeres con las que hablamos no tienen duda que ser niño tiene sus
grandes ventajas.
Maternidad
En el segundo lugar
del síndrome de las tres emes se encuentra la Maternidad que llega para muchas
mujeres de manera inesperada o con violencia producto de una violación y en
menos proporción por buscar un hijo deseado para complementar una relación estable.
Pero, la Maternidad es apreciada por la mayoría de las mujeres como una gran y
eterna responsabilidad de amor que las mantiene preocupadas el resto de la vida.
El hijo se convierte en el foco de atención y ellas como personas y mujeres pasan
a segundo plano. Su vida se enfoca en sacar adelante al hijo y ellas se limitan
a ejercer su rol de madre por encima del rol de mujer. Muchas de las
mujeres con las que conversé mencionaron a Adele, la cantante inglesa y la
depresión posnatal que sufrió preocupándose por estar cerca del hijo por miedo
a hacerle daño. Vio que el mundo la criticó cuando tomó tiempo libre para ella cuando
su hijo tenía algunos meses, sintió que la observaban como una madre
desnaturalizada como si lo estuviera abandonando. La actriz norteamericana
Jennifer Aniston siempre que puede asegura “que no es necesario casarse o ser
madre para ser una mujer completa”. Está harta de la presión de la sociedad.
Madona, reconocida como mujer del año y
celebridad de mayor influencia en el mundo y después de 34 años de carrera, dejó
clara la vulnerabilidad de la mujer en relación con el mundo diseñado
para los hombres. Viviendo en Nueva York, fue violada y recalcó que
el abuso, misoginia y discriminación al que se sigue sometiendo a la mujer va
en aumento.
Menopausia.
La tercera eme del
Síndrome la M de Menopausia, la de los cambios hormonales que influyen física y
psicológicamente en la mujer. Sofocos y estados de ánimos con los que
le resulta difícil vestirse cómodamente, mantener el maquillaje fresco, dormir,
tener intimidad e incluso llegar a tiempo a sus compromisos. Es criticada y
puesta en ridículo porque una mujer en Menopausia tiene supuestamente deseos sexuales
exagerados e ilimitados. Creencia que carece de toda veracidad, lo que sucede
es que a muchas mujeres las someten a tratamiento hormonal con pastillas y eso
les exacerba el deseo sexual. Algunas con el acumulado de años de mala convivencia,
se divorcian de sus parejas, se liberan y deciden hacer lo que no han podido. A
pesar de deprimirse, falta de deseo sexual, sequedad vaginal o literalmente
enloquecerse; en la Menopausia, la mujer puede dar un punto de giro a su vida y
con una buena actitud, puede desprenderse del largo calvario que
biológicamente ha padecido desde niña. Sin Menstruación, ni Maternidad, la
Menopausia puede convertirse, en M de redención, libertad y felicidad.