TANAINA

domingo, 12 de mayo de 2019

Síndrome de las tres Emes.



 Dentro del mundo machista establecido a temprana edad las mujeres en la niñez descubren sus diferencias con relación a los niños. En poco tiempo comprueban que la naturaleza marca el rumbo de la vida y que físicamente hay diferencias que pueden llegar a limitar su desarrollo.  A veces con padecimientos hormonales, las mujeres no pueden evitar ser vulnerables ante la benefactora estructura física del hombre que lo exonera de tener que enfrentar periodos menstruales dolorosos o partos que pueden afectar la salud temporal o permanentemente. En cada etapa del desarrollo la mujer ratifica que las discrepancias biológicas entre hombres y mujeres son reales y para colmo de males la lucha por una igualdad de género en el aspecto laboral, educativo, social o profesional seguirá ocupando generaciones de mujeres. Es probable que, por las diferencias físicas, los hombres confundan vulnerabilidad con debilidad e inferioridad. Una niña con dolor en su periodo menstrual luce frágil, debilitada y dominada por un dolor físico que jamás sentirá un niño. No pretendo exacerbar una debilidad natural por ser mujer, pero si evidenciar que las reglas de juego en esta vida vienen cargadas hacia el lado del hombre y lo peor de todo es que en la mayoría de los casos se aprovecha de eso haciendo valer su fuerza bruta por encima del hecho de que hombres y mujeres se supone que deben tener los mismo derechos y posibilidades. No es así y quien sabe cuando lo será.


He denominado Síndrome de las tres Emes: Menstruación, Maternidad y Menopausia a los efectos que genera en la mujer la responsabilidad de tener que administrar las diferentes etapas impuestas por su naturaleza. Conversé durante algunos meses con mujeres de diferentes edades y nacionalidades acerca de la manera como enfrentan sus dolores físicos y el efecto que tiene en ellas el desprecio y maltrato simplemente por ser mujer. Para chilenas, argentinas, mexicanas, centroamericanas, colombianas, norteamericanas y españolas entre otras nacionalidades, el dolor físico causado por menstruaciones dolorosas y partos complicados las llevaron a sufrir limitaciones físicas que les impidió hacer una vida normal. Además, la mayoría de ellas admitió que si hubieran sido hombres en determinadas circunstancias no habrían sido ni abusadas, ni excluidas de trabajos o círculos en donde ser hombre vale más.  Sin embargo, más de un 50% de las mujeres con las que conversé, no cambiarían su condición de mujer sus roles femeninos ni si quiera por los estragos biológicos que muchas de ellas sufren.

Menstruación

Comienza con el uso de “un pañal para toda la vida”. Toalla higiénica que por lo general viene acompañada de cólicos, manchados inoportunos y pesadez inconfesable. Para muchas lo más detestable es que queriendo rechazar esa situación tan desagradable tienen que aceptarla socialmente e incluso celebrar en familia el haberse convertido en mujercita. Con los elogios de la Menstruación: “Eres una mujer”, las niñas por lo general quieren enviar todo al carajo.  Una mujer argentina de unos cuarenta años recordó que de niña pensaba: ¿Lindo andar empapada de sangre, aparentando estar genial, mientras te retuerces con dolores bajos?
Otras, en realidad muchas de las mujeres con las que hablamos no tienen duda que ser niño tiene sus grandes ventajas.


Maternidad

En el segundo lugar del síndrome de las tres emes se encuentra la Maternidad que llega para muchas mujeres de manera inesperada o con violencia producto de una violación y en menos proporción por buscar un hijo deseado para complementar una relación estable. Pero, la Maternidad es apreciada por la mayoría de las mujeres como una gran y eterna responsabilidad de amor que las mantiene preocupadas el resto de la vida. El hijo se convierte en el foco de atención y ellas como personas y mujeres pasan a segundo plano. Su vida se enfoca en sacar adelante al hijo y ellas se limitan a ejercer su rol de madre por encima del rol de mujer.  Muchas de las mujeres con las que conversé mencionaron a Adele, la cantante inglesa y la depresión posnatal que sufrió preocupándose por estar cerca del hijo por miedo a hacerle daño. Vio que el mundo la criticó cuando tomó tiempo libre para ella cuando su hijo tenía algunos meses, sintió que la observaban como una madre desnaturalizada como si lo estuviera abandonando. La actriz norteamericana Jennifer Aniston siempre que puede asegura “que no es necesario casarse o ser madre para ser una mujer completa”. Está harta de la presión de la sociedad.

 Madona, reconocida como mujer del año y celebridad de mayor influencia en el mundo y después de 34 años de carrera, dejó clara la vulnerabilidad de la mujer en relación con el mundo diseñado para los hombres. Viviendo en Nueva York, fue violada y recalcó que el abuso, misoginia y discriminación al que se sigue sometiendo a la mujer va en aumento.


Menopausia.

La tercera eme del Síndrome la M de Menopausia, la de los cambios hormonales que influyen física y psicológicamente en la mujer. Sofocos y estados de ánimos con los que le resulta difícil vestirse cómodamente, mantener el maquillaje fresco, dormir, tener intimidad e incluso llegar a tiempo a sus compromisos. Es criticada y puesta en ridículo porque una mujer en Menopausia tiene supuestamente deseos sexuales exagerados e ilimitados. Creencia que carece de toda veracidad, lo que sucede es que a muchas mujeres las someten a tratamiento hormonal con pastillas y eso les exacerba el deseo sexual.   Algunas con el acumulado de años de mala convivencia, se divorcian de sus parejas, se liberan y deciden hacer lo que no han podido. A pesar de deprimirse, falta de deseo sexual, sequedad vaginal o literalmente enloquecerse; en la Menopausia, la mujer puede dar un punto de giro a su vida y con una buena actitud, puede desprenderse del largo calvario que biológicamente ha padecido desde niña. Sin Menstruación, ni Maternidad, la Menopausia puede convertirse, en M de redención, libertad y felicidad.



lunes, 13 de marzo de 2017

¿El objetivo de tu existencia es ser feliz?



Recuerda que la vida es el momento que vives y los instantes que enfrentas día a día. El secreto para vivir satisfecho es ser auténtico, vivir tus días con deseo de superación y no ambicionar proyectos inalcanzables a menos a corto plazo.
Para vivir feliz hay que enfrentar la vida sin buscar aprobación de los demás. Hay una manera posible de acumular experiencias positivas y es seleccionando estímulos que permitan llegar a la acción, evita la acumulación de insatisfacciones que son en últimas lo que hace a la gente infeliz. Cuando nos enfocamos en realizar lo que deseamos, evitamos que se adormezcan los pensamientos. No basta con tener pensamientos positivos hay que crear opciones y trabajar por ellas.
Un pensamiento positivo es por ejemplo “quiero hacerlo”, “puedo hacerlo” “sé que podré”, “soy capaz” “hoy es un gran día”, “nada me impide conseguir lo que anhelo”; sin embargo, pensar positivo no es suficiente y es necesario ahondar en tus valores y obrar conforme a lo que crees con fuerte personalidad.
Por ejemplo: cuando confías en personas equivocadas, o inviertes el tiempo en tareas improductivas; es decir que no te proporcionan ningún provecho ni espiritual ni económico, es indispensable ser honestos consigo mismos y aceptar tus equivocaciones sin resentirte. Necesitas darte cuenta que para remover los obstáculos debes reorganizarte y adoptar otra forma de actuar. Es importante minimizar el impacto de los acontecimientos negativos en tu vida y acostumbrarte a utilizar los recursos que tienes para generar actos responsables. No se trata de engañar nuestra realidad y cerrarse a aceptar lo virulento que nos rodea o nos afecta. Si bien es cierto, ser positivo, se convierte en una destreza que se perfecciona con la práctica y se incorpora a la conducta como una herramienta preventiva y muy eficaz que ayuda a vivir satisfactoriamente; no es suficiente y debe ir acompañada de actos convincentes y responsables en los que el miedo está descartado.


                                                ***

jueves, 23 de febrero de 2017

Prometo que…

Hay promesas que no se deben romper pero se rompen y sin ningún temor ni arrepentimiento. La palabra dejó de ser un compromiso y prometer o acordar algo es susceptible de cambio. Si bien es cierto todo puede ajustarse de acuerdo a las circunstancias y necesidad, hay que intentar hacer las cosas con la verdad. Sin mentiras no es sano ejercer nuestro derecho a reevaluar nuestro pensamiento y decisiones a punta de patrañas. Cualquier razón por la que se rompe una promesa o juramento  es válida aunque sea simplemente porque se cambia de idea o ya no es de interés para la persona. Sin embargo hay promesas que no se deberían romper. Meter puñaladas por la espalda es el pan de cada dia. Si me la haces te la repito y doble. De un día para otro se acaba con un negocio o una relación e incluso la promesa de matrimonio se rompe porque es un derecho y si se ejerce no hay reproche social ni familiar. A veces se paga una multa si hay un contrato de por medio. Por eso están tan de moda los contratos. Las promesas que más se rompen son: 
-Te amaré toda la vida.
- Jamás olvidaré este momento. 
-Seré una tumba.
-No te preocupes que siempre estaré a tu lado. 
-Ya te llamo.
-Espérame que voy para allá. 
-Seremos amigos siempre.
-Ya voy por ti.
-Yo llevo el vino.
-Estaré  ahí para verte.
-Jamás  dudaré  de ti.
-Cuándo me necesites cuenta conmigo.
-Mi casa es tu casa.
-Yo cuido tus hijos como cuido los mios.
-Yo pago la cuenta.
-Te lo devolveré.
-No te preocupes que te consigo el dinero.
-Cuenta con eso.
-Ni lo dudes, es tuyo.
-Te lo envío  inmediatamente.
-Te lo compro y te lo llevo.
-Una vez firmado no hay poder humano que pueda dañar nuestro acuerdo.
-Si vienes hasta acá  te ayudo a llenar la planilla: cuando llega no hay nadie.


lunes, 2 de enero de 2017

25 reglas de convivencia

No hay como encontrar lo que uno necesita a la hora indicada. Y qué mejor oportunidad que el primer día del año, para encontrar algunas pautas para vivir mejor. ¡Denle una miradita a ver que pasa! 

Que tu libertad termina donde comienza la de la otra persona. Que para realizarse como ser humano y progresar es indispensable aprender a relacionarse con los demás. Que hay normas para vivir mejor y alcanzar un grado de equilibrio que nos permita salir adelante de una manera sana y feliz. Pero, a pesar de que se han escrito libros y manuales de cómo tratarnos en sociedad, nada que se aprende. Propongo 25  reglas de convivencia a ver si las ponemos en práctica.
1-Escuchar mucho… antes de abrir la boca.
2-Observe y no corrija a nadie.
3-No mire tanto, pero eso sí cuídese la espalda.
4-No se queje delante de nadie y menos cuando esté solo, no vale la pena.
5-Si descubre un mentiroso, ya sabe a que atenerse y no vuelva a confiar.
6-No preste dinero, le va a hacer falta algún día y va a perder a su supuesto amigo.
7-No haga favores que no le han solicitado y si se los piden trate de no involucrarse demasiado, recuerde que toda buena obra tiene su merecido.
8-No hable de Dios, posiblemente lo mataron y para los que creen que está vivo, es pecaminoso y fastidioso pisotear sus creencias.
9-Hay que verle la parte hermosa al instante y no inquietarse, fastidiarse por lo que supuestamente te afecta, no hay mal que por bien no venga. ¡Se los juro!
10-Identifica por qué vale la pena luchar y siempre encontrarás el camino para realizarlo.
11-No se te olvide que equivocarse es aprender y volverse a equivocar una estupidez con la que aprendes el doble.
12-Agradece que ser grato es uno de los actos más enriquecedores para un ser humano.
13-No se debe olvidar que la vida pasada ya se fue que la futura depende de lo que construimos hoy. ¿Para donde vas?
14- Engañar a los demás no es pecado, ni censurable; pero engañarse a si mismo es un crimen.
15-Cuando haces una buena obra y nadie te reconoce o agradece; mírate en un espejo esa es tu mayor retribución.
16- Para llevarse bien con los demás hay que aprender a manejar porcentajes: confía en un 50%, siente en un 50%, comparte y observa en un 90% y conversa en un 10%.
17- Interpreta los actos y no des mucha credibilidad a las palabras. “Hechos, no palabras”.
18-No te confundas a la hora de valorar sentimientos, es fácil: la persona que no te busca ni para saber si vives o estás muerto; no te necesita, ni te aprecia. A no ser que sea de esas amistades valiosas con las que te unen lazos inseparables, que aunque nunca se hablan, se quieren siempre, de todas maneras: no te confundas.
19-Se cumple y se da la palabra a quien hace lo mismo contigo.
20-No compitas con tu familia, ni con tus seres más queridos; tu lucha no es con los que amas, sino contigo y tu voluntad. ¿Y… con los demás? ¿Quienes son los demás?
21-Recuerda que con los resultados las personas insisten en verte como perdedor o ganador pero, no olvides que nunca pierdes, que no hay resultados finales y que siempre hay un paso que seguir dando.
22-Solo exígele a tu alma que se libere, a tu cerebro que se ilumine y, a tu corazón que se mantenga liviano.
23-No siempre se comparten ideas, pero lo que si se debe hacer siempre es mantener una actitud altiva, positiva para sacar el mejor provecho de nuestro comportamiento.
24-Insistir en relacionarte con personas que celan, envidian y desconocen tus virtudes es una equivocación, pero…si persistes en aprender sufriendo por gusto, conserva esas amistades. También se aprende con sangre.
25-No enfrascarse en discusiones es recomendable siempre.

sábado, 31 de diciembre de 2016

Lista de deseos para el nuevo año.

Terminando el año, por razones propias o ajenas, es inevitable hacer recuentos de las metas que alcanzamos y los planes que quedaron pendientes. Por esta época, cada año, se revelan en nuestra mente aquellos acontecimientos que desafiamos y de los que salimos airosos. Son los días en los que no podemos detener los recuerdos del año viejo que se va y lo que vivimos en ese año. A medida que se aproxima la Nochevieja nos levantamos con recuerdos en nuestra mente como cuando pasamos las hojas de un libro leído y nos encontramos con las frases subrayadas o las páginas dobladas que no queremos olvidar. Personas que conocimos, familiares que murieron, hijos que nacieron y en fin, todo lo que alcanzamos a recordar que sucedió en nuestro entorno en el año que se va. Lo bueno del año viejo y lo malo se nos revela con la claridad que no teníamos cuando lo vivimos. Algunas personas, con un entusiasmo renovado, se comprometen a ser mejores y sacar adelante planes y proyectos de los que solo se conocerán sus resultados cuando se termine el nuevo año que comienza. Bajar de peso, estudiar, ahorrar para comprar una casa, por ejemplo son muchos de los propósitos que se hacen al comenzar una nueva etapa en nuestras vidas. A pocas horas quedará atrás el bisiesto 2016 y habrá quienes deseen que se muera rápido y con el se entierren para siempre los malos recuerdos. Otros, desearán que lo que lograron perdure y sea para bien. Pero, en vez de una lista de deseos; cada año se debería más bien, poner en marcha un proyecto de vida en el que no importe que sea Nochevieja y terminen los años o pasen los días, porque en vez de propósitos anuales, hemos logrado estructurar un plan de vida para siempre. Un plan que no se pone en marcha cada año, sino cada día sin importar que sea 2016 o 2017. La vida y su tiempo es hoy y no mañana ni el 2018. Mejor que una lista de deseos para un nuevo año, es un propósito de vida para siempre. Un cambio en el que lo más importante sea el día a día y el tiempo no importe porque sabemos que es un tesoro y lo cuidamos para darnos la mejor de las oportunidades. ¡Feliz vida para todos!


sábado, 24 de septiembre de 2016

Aprendiendo y ganando

A veces uno no quiere chocar o enfrentarse a algo o alguien por miedo a generar un conflicto. Y aunque tengas claro que lo que dices o haces es correcto concedes la razón a otros quedándote callado. Todo para evitar una pelea o un momento de discordia con familiares o amigos a los que aprecias. Tienes miedo de enfrentarte al ser que amas por miedo a perder ese afecto. Y resulta que no evitas nada. Por el contrario vas acumulando una reacción, una posición o una decisión que tarde que temprano debes adoptar. A veces también, por no decir a tiempo lo que has debido expresar en su momento para dejar clara tu opinión; otros hablan por ti. Un día cualquiera sin imaginarlo la persona menos pensada, te ayuda a abrir los ojos y te da una lección de vida. El temor al conflicto, a chocar, a no enfrentar a un amigo o un ser querido para no discutir, se disipa, se va y te das cuenta que es mejor vivir con verdades y no con mentiras y mucho menos con afectos fingidos. No hay duda que es mejor hablar y no evitar, eso de que el que evita es sabio no siemore es cierto. Para hablar no hay que peleear simplemente conversar y si es imposible pues esa es la respuesta. Nunca podrás evadir lo que te corresponde enfrentar con tus amigos o seres cercanos aunque no resulten seres muy queridos. 

jueves, 15 de septiembre de 2016

Consejos sabios

No sufras, aprende.
No evitarás que desprecien tus buenos actos.
No hay que suponer, hay que preguntar.
No hay que imaginar, observa los hechos.

No olvides que todo pasa, nada es para siempre.