Recuerda que la vida es el momento que vives y los instantes que enfrentas día a día. El secreto para vivir satisfecho es ser auténtico, vivir tus días con deseo de superación y no ambicionar proyectos inalcanzables a menos a corto plazo.
Para
vivir feliz hay que enfrentar la vida sin buscar aprobación de los demás. Hay
una manera posible de acumular experiencias positivas y es seleccionando estímulos
que permitan llegar a la acción, evita la acumulación de insatisfacciones
que son en últimas lo que hace a la gente infeliz. Cuando nos enfocamos en
realizar lo que deseamos, evitamos que se adormezcan los pensamientos. No basta con tener pensamientos
positivos hay que crear opciones y trabajar por ellas.
Un
pensamiento positivo es por ejemplo “quiero hacerlo”, “puedo hacerlo” “sé que
podré”, “soy capaz” “hoy es un gran día”, “nada me impide conseguir lo que
anhelo”; sin embargo, pensar positivo no es suficiente y es necesario ahondar
en tus valores y obrar conforme a lo que crees con fuerte personalidad.
Por
ejemplo: cuando confías en personas equivocadas, o inviertes el tiempo en
tareas improductivas; es decir que no te proporcionan ningún provecho ni
espiritual ni económico, es indispensable ser honestos consigo mismos y aceptar
tus equivocaciones sin resentirte. Necesitas darte cuenta que para remover los
obstáculos debes reorganizarte y adoptar otra forma de actuar. Es importante
minimizar el impacto de los acontecimientos negativos en tu vida y
acostumbrarte a utilizar los recursos que tienes para generar actos
responsables. No se trata de engañar nuestra realidad y cerrarse a aceptar lo
virulento que nos rodea o nos afecta. Si bien es
cierto, ser positivo, se convierte en una destreza que se perfecciona
con la práctica y se incorpora a la conducta como una herramienta preventiva y
muy eficaz que ayuda a vivir satisfactoriamente; no es suficiente y debe ir
acompañada de actos convincentes y responsables en los que el miedo está
descartado.
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