TANAINA

lunes, 13 de marzo de 2017

¿El objetivo de tu existencia es ser feliz?



Recuerda que la vida es el momento que vives y los instantes que enfrentas día a día. El secreto para vivir satisfecho es ser auténtico, vivir tus días con deseo de superación y no ambicionar proyectos inalcanzables a menos a corto plazo.
Para vivir feliz hay que enfrentar la vida sin buscar aprobación de los demás. Hay una manera posible de acumular experiencias positivas y es seleccionando estímulos que permitan llegar a la acción, evita la acumulación de insatisfacciones que son en últimas lo que hace a la gente infeliz. Cuando nos enfocamos en realizar lo que deseamos, evitamos que se adormezcan los pensamientos. No basta con tener pensamientos positivos hay que crear opciones y trabajar por ellas.
Un pensamiento positivo es por ejemplo “quiero hacerlo”, “puedo hacerlo” “sé que podré”, “soy capaz” “hoy es un gran día”, “nada me impide conseguir lo que anhelo”; sin embargo, pensar positivo no es suficiente y es necesario ahondar en tus valores y obrar conforme a lo que crees con fuerte personalidad.
Por ejemplo: cuando confías en personas equivocadas, o inviertes el tiempo en tareas improductivas; es decir que no te proporcionan ningún provecho ni espiritual ni económico, es indispensable ser honestos consigo mismos y aceptar tus equivocaciones sin resentirte. Necesitas darte cuenta que para remover los obstáculos debes reorganizarte y adoptar otra forma de actuar. Es importante minimizar el impacto de los acontecimientos negativos en tu vida y acostumbrarte a utilizar los recursos que tienes para generar actos responsables. No se trata de engañar nuestra realidad y cerrarse a aceptar lo virulento que nos rodea o nos afecta. Si bien es cierto, ser positivo, se convierte en una destreza que se perfecciona con la práctica y se incorpora a la conducta como una herramienta preventiva y muy eficaz que ayuda a vivir satisfactoriamente; no es suficiente y debe ir acompañada de actos convincentes y responsables en los que el miedo está descartado.


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jueves, 23 de febrero de 2017

Prometo que…

Hay promesas que no se deben romper pero se rompen y sin ningún temor ni arrepentimiento. La palabra dejó de ser un compromiso y prometer o acordar algo es susceptible de cambio. Si bien es cierto todo puede ajustarse de acuerdo a las circunstancias y necesidad, hay que intentar hacer las cosas con la verdad. Sin mentiras no es sano ejercer nuestro derecho a reevaluar nuestro pensamiento y decisiones a punta de patrañas. Cualquier razón por la que se rompe una promesa o juramento  es válida aunque sea simplemente porque se cambia de idea o ya no es de interés para la persona. Sin embargo hay promesas que no se deberían romper. Meter puñaladas por la espalda es el pan de cada dia. Si me la haces te la repito y doble. De un día para otro se acaba con un negocio o una relación e incluso la promesa de matrimonio se rompe porque es un derecho y si se ejerce no hay reproche social ni familiar. A veces se paga una multa si hay un contrato de por medio. Por eso están tan de moda los contratos. Las promesas que más se rompen son: 
-Te amaré toda la vida.
- Jamás olvidaré este momento. 
-Seré una tumba.
-No te preocupes que siempre estaré a tu lado. 
-Ya te llamo.
-Espérame que voy para allá. 
-Seremos amigos siempre.
-Ya voy por ti.
-Yo llevo el vino.
-Estaré  ahí para verte.
-Jamás  dudaré  de ti.
-Cuándo me necesites cuenta conmigo.
-Mi casa es tu casa.
-Yo cuido tus hijos como cuido los mios.
-Yo pago la cuenta.
-Te lo devolveré.
-No te preocupes que te consigo el dinero.
-Cuenta con eso.
-Ni lo dudes, es tuyo.
-Te lo envío  inmediatamente.
-Te lo compro y te lo llevo.
-Una vez firmado no hay poder humano que pueda dañar nuestro acuerdo.
-Si vienes hasta acá  te ayudo a llenar la planilla: cuando llega no hay nadie.


lunes, 2 de enero de 2017

25 reglas de convivencia

No hay como encontrar lo que uno necesita a la hora indicada. Y qué mejor oportunidad que el primer día del año, para encontrar algunas pautas para vivir mejor. ¡Denle una miradita a ver que pasa! 

Que tu libertad termina donde comienza la de la otra persona. Que para realizarse como ser humano y progresar es indispensable aprender a relacionarse con los demás. Que hay normas para vivir mejor y alcanzar un grado de equilibrio que nos permita salir adelante de una manera sana y feliz. Pero, a pesar de que se han escrito libros y manuales de cómo tratarnos en sociedad, nada que se aprende. Propongo 25  reglas de convivencia a ver si las ponemos en práctica.
1-Escuchar mucho… antes de abrir la boca.
2-Observe y no corrija a nadie.
3-No mire tanto, pero eso sí cuídese la espalda.
4-No se queje delante de nadie y menos cuando esté solo, no vale la pena.
5-Si descubre un mentiroso, ya sabe a que atenerse y no vuelva a confiar.
6-No preste dinero, le va a hacer falta algún día y va a perder a su supuesto amigo.
7-No haga favores que no le han solicitado y si se los piden trate de no involucrarse demasiado, recuerde que toda buena obra tiene su merecido.
8-No hable de Dios, posiblemente lo mataron y para los que creen que está vivo, es pecaminoso y fastidioso pisotear sus creencias.
9-Hay que verle la parte hermosa al instante y no inquietarse, fastidiarse por lo que supuestamente te afecta, no hay mal que por bien no venga. ¡Se los juro!
10-Identifica por qué vale la pena luchar y siempre encontrarás el camino para realizarlo.
11-No se te olvide que equivocarse es aprender y volverse a equivocar una estupidez con la que aprendes el doble.
12-Agradece que ser grato es uno de los actos más enriquecedores para un ser humano.
13-No se debe olvidar que la vida pasada ya se fue que la futura depende de lo que construimos hoy. ¿Para donde vas?
14- Engañar a los demás no es pecado, ni censurable; pero engañarse a si mismo es un crimen.
15-Cuando haces una buena obra y nadie te reconoce o agradece; mírate en un espejo esa es tu mayor retribución.
16- Para llevarse bien con los demás hay que aprender a manejar porcentajes: confía en un 50%, siente en un 50%, comparte y observa en un 90% y conversa en un 10%.
17- Interpreta los actos y no des mucha credibilidad a las palabras. “Hechos, no palabras”.
18-No te confundas a la hora de valorar sentimientos, es fácil: la persona que no te busca ni para saber si vives o estás muerto; no te necesita, ni te aprecia. A no ser que sea de esas amistades valiosas con las que te unen lazos inseparables, que aunque nunca se hablan, se quieren siempre, de todas maneras: no te confundas.
19-Se cumple y se da la palabra a quien hace lo mismo contigo.
20-No compitas con tu familia, ni con tus seres más queridos; tu lucha no es con los que amas, sino contigo y tu voluntad. ¿Y… con los demás? ¿Quienes son los demás?
21-Recuerda que con los resultados las personas insisten en verte como perdedor o ganador pero, no olvides que nunca pierdes, que no hay resultados finales y que siempre hay un paso que seguir dando.
22-Solo exígele a tu alma que se libere, a tu cerebro que se ilumine y, a tu corazón que se mantenga liviano.
23-No siempre se comparten ideas, pero lo que si se debe hacer siempre es mantener una actitud altiva, positiva para sacar el mejor provecho de nuestro comportamiento.
24-Insistir en relacionarte con personas que celan, envidian y desconocen tus virtudes es una equivocación, pero…si persistes en aprender sufriendo por gusto, conserva esas amistades. También se aprende con sangre.
25-No enfrascarse en discusiones es recomendable siempre.