Bolita de
cristal ¿qué pasará en mi vida?
Hay personas que
acuden a la lectura de cartas, al horóscopo, las bolas de cristal, incluso a
brujos y hasta se obsesionan por saber qué les depara el futuro a través del
humo del cigarrillo. Cualquier recurso es válido con tal de saber el porvenir. Mi
bolita de cristal la tengo en mi mente. Está en la luz que me enfoca cuando
quiero ver lo que debo hacer. Recurro a la intuición a lo que he aprendido y
sobre todo a las experiencias que me han mostrado facetas de la vida que no me
esperaba. La mejor manera de saber que nos sucederá en unos años, es aprendiendo
del presente y confeccionando el futuro. Se hace viviendo el día a día como si
fuera nuestro último momento en la vida. Suena perfecto y a veces es casi
imposible lograrlo. Pero, se puede conseguir con metodología y decisión. Sin
terquedad y aceptando que hay caminos que es mejor no transitar porque no nos
conducen a algo bueno. Pero, nos equivocamos y, somos obstinados. Insistimos en
proyectos o amistades que nos hacen perder tiempo y energía. Otros y otras
insisten en relaciones que pueden llevarlos a la perdición. Naufragan en el
amor en los negocios e incorporan frustración. Pero, podemos equivocarnos sin
fracasar. Se fracasa cuando dejamos de crecer y de aprender. Una buena manera
de sanarnos y seguir es cuando nos metemos en la cabeza que hoy puede ser
nuestro último momento. Es un pensamiento mágico porque nuestra energía cambia
y comienza a brillar la bolita de cristal que llevamos dentro. El ejercicio diario
es enfocarnos en las cosas que tenemos y no en lo que supuestamente nos falta. La
regla que hay que seguir es valorar lo que hacemos y alejarnos de quienes roban
energía y envidian lo poco o mucho que tenemos. A veces lo que nos sucede
nos duele pero aunque duela, hay que tener claro que sufrir es una opción. Y si
sufrir es opcional podemos no escogerla. Así, comenzamos a crecer e incorporar
enseñanzas que jamás nos abandonan porque van formando parte de nuestro temperamento.
Mi mejor amigo me ha dicho siempre que en la vida debemos tener bien claro que
no somos inmortales, que no hay futuro sino presente, que no me preocupe por
las cosas que no tienen solución y que proteja mi tranquilidad espiritual que
vale mas que el dinero. Ahora, ya sabemos qué va a pasar en nuestras vidas.
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