No
todo lo que brilla es oro.
Enfócate
en el presente y deja atrás el pasado que te perturba o te confunde. No
enfoques tu vida futura en mentiras ni en planes imposibles de conseguir en el
momento. Nunca te des por vencido, recuerda que ya tienes un amigo sincero, ya
sabes cuáles son tus tesoros y ahora ya sabes para donde vas. Enfoca tus metas
y lucha por ellas porque son posibles. Tienes los pies sobre la tierra y no
sueñas con viajes o proyectos millonarios que no
puedes realizar, a menos de momento; porque quieres cosas que estén al alcance
de tu mano y las puedas construir. Enfoca tu vida en metas que te permitan
deleitarte con la vida y disfrutarla. La vida es una jornada de resistencia y
no de velocidad. Oriéntate hacía un sueño real que te proporcione satisfacción
y seguridad. Aprendiendo a enfocarte fortaleces tu autoestima, aprendes a
mejorar tu personalidad y generas mecanismos de defensa que jamás hubieras
imaginado tener. Decir si o saber rechazar algo o alguien en el momento
indicado, es un acto de inteligencia. Estás adquiriendo seriedad y prudencia,
estas respetando tu vida y la estás enalteciendo. Ahora sabes cómo ser feliz.
Enfocarte te hace crecer y examinar en perspectiva metas que quizá valorabas
demasiado y no valían la pena. Saber enfocar tus pasos te permite clarificar
una meta, valorar tus capacidades, utilizar el tiempo correctamente, medir tus
expectativas y sobre todo: valorarte interiormente.
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