Aprender a sufrir
Solo
o acompañado siempre encontrarás sufrimiento a tu alrededor o dentro de ti. Por
eso una práctica indispensable para caminar hacía una vida feliz es aprender a
resistir y tolerar. No se trata de rendirse o resignarse, bajando los brazos;
es luchar para adquirir la capacidad de enfrentar una realidad sin que nos haga
un daño permanente. No dar vueltas a un problema o decepción y encerrarnos
espiritualmente en lo que nos afecta de momento. Sufrir es aprender y crecer.
Llora, cuestiónate y aprende. El que aprende a enfrentar un sufrimiento,
aprende a vivir feliz. No se trata de resignarse y dejar de luchar o cerrar los
ojos y no sentir. Es mirar de frente con la mente y el corazón abiertos y
descubrir experiencias que nos enfrentan con verdades que a veces no queremos
ver por temor a sufrir. ¡Llora y no te engañes!; sufre sin el miedo de sentir
dolor porque sufriendo aprendes a conocerte y conocer a los demás. Con el
sufrimiento mides tu resistencia, fortaleces tu espíritu y templas tu
fortaleza.
No divinizar el dinero
Vivimos en un mundo en el que el dinero es una
especie de Dios que compra y conduce a la humanidad. Vales por lo que llevas
dentro del bolsillo y te admiran por lo que usas o compras. “Si no tienes
dinero no vales nada” y lo peor de todo es que te sientes infeliz, incapaz y
sufres por ser menos que el otro que anda en coche ultimo modelo. Para ser
feliz no es necesario tener dinero pero si es indispensable que puedas
proporcionarte tú propio sustento y poder cubrir tus mínimos caprichos de
entretenimiento. Pero para eso no necesitas ser ni millonario ni gastar en
artículos de lujo que no puedes pagar. Eres infeliz cuando pretendes vivir como
millonario con un ingreso de asalariado. No te frustres si no puedes pagar ropa
costosa o comidas en restaurantes de lujo, vive satisfecho con lo que puedes
pagar por tus propios medios. Si comienzas a llenarte de vacíos y eres incapaz
de satisfacerte con lo que te puedes dar, estás incorporando descontento a tu
vida y cada vez te sentirás más miserable. Aprende a ahorrar y serás feliz. No
gastes en cosas innecesarias y cuando menos pienses tendrás un dinero extra con
el que podrás seguramente darte un viaje que disfrutarás y recordarás como algo
que te proporcionó felicidad sin ser millonario. Está comprobado que invertir
en viajes, paseos o entretenimiento con la familia, amigos o la pareja resulta
mejor y provechoso que estar comprando suntuosidades en la que no siempre
conviene invertir ni siendo millonario
No hay comentarios:
Publicar un comentario